Cusco, situada en el sureste de Perú, es una ciudad con una rica herencia cultural y arquitectónica, considerada la antigua capital del Imperio Inca. A una altitud de aproximadamente 3,400 metros sobre el nivel del mar, Cusco ha sido el centro político y espiritual de los incas, y su legado se puede observar en la impresionante mezcla de arquitectura inca y colonial. La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1983, reconociendo su importancia histórica y cultural.

La ciudad es famosa por sus monumentos emblemáticos, como Sacsayhuamán, una fortaleza con enormes muros de piedra, y Qorikancha, el antiguo templo del sol, que muestra la habilidad arquitectónica de los incas. La Plaza de Armas es el corazón de la ciudad, rodeada de iglesias coloniales y restaurantes que ofrecen la deliciosa gastronomía local. Festividades como el Inti Raymi, una celebración en honor al dios sol, atraen a miles de turistas y reflejan la fusión de tradiciones indígenas y católicas.

Cusco también es la puerta de entrada a Machu Picchu, una de las maravillas del mundo moderno, lo que convierte a la ciudad en un destino turístico clave. Los visitantes pueden disfrutar de diversas actividades, como caminatas por los Andes, exploraciones culturales y la compra de artesanías locales, que incluyen textiles y cerámicas. La ciudad cuenta con una infraestructura turística bien desarrollada, con hoteles, guías y servicios que facilitan la experiencia del viajero.